...no me voy a quedar callado, como diría aquél, aunque en los silencios se encuentre la verdad del que mira y del que escucha...no engaño a nadie, soy apolítico, dictado obligatorio de la conciencia con el paso de los años, que las fotos que acompaño puedan llevar a error, méritos literarios exclusivamente, para mí y para el que los quiera ver, sin ánimo de tiranía en mis palabras... live and let live o como más tarde dirían live and let die, y el olvido que se lleva las palabras de aquellos que dieron su vida por las mismas, por jugar con aquello sin lo que no podríamos vivir... sigo girando las esquinas esperando encontrarte, buscando lo que tanto dudo si alguna vez encontraré pero sin lo cual no tendría más sentido el que yo estuviese aquí, o tú o aquel que ya se fue... mis hermanos, son mis hermanos, no hay más, 5 ni más ni menos, como para desear más, y mi padre uno no más, y sin duda y si me lo permiten, el mejor, que aunque seguro que no lo comparten eso se debe a que no lo han podido compartir y disfrutar, porque la palabra que lo define es dis-fru-tar, aunque se quedase allá en Córdoba, donde los pájaros vuelan abajo para intentar ocultarse del calor que les persigue en el cielo, y donde las gotas de lluvia de Julio se evaporarían antes de llegar a morir en el cristal frente a su máquinografíadora... si me lees, serás el primero quizás, no creo que nadie conozca éste mi espacio secreto que me ha de llevar a ningún otro sitio que a mí mismo, y que me sirve de refugio de mis pesadillas... si me encuentras es porque me buscaste y al fin y al cabo, así han de ser los encuentros en las esquinas, ángulos de noventa grados incorformables, indefinibles por otra cosa que no sea la sorpresa común del que gira y del girado, de la vuelta a la calle y el volver al principio de la misma... las manzanas las dejaremos para más adelante que de ellas se deduce la cuadratura de las mentes humanas, maldito el orden que les llevo a conformarlas y a hacerlas sistema de orden y movimiento social, y odiando el caos igualmente, no hemos de olvidar que aunque el corazón lata constante a un ritmo continuo incesante, sus vicisitudes son las que mueven al mundo, aquellas que convierte al humano en irracional y logra hacer de su sonrisa una lágrima y de su pena un olvido... y si te preguntase por tu camino, olvidaría que recorro el mío al preguntar, al dejar de lado los que al mio han de confluir, sabiendo del descubrimiento del vivir inmerso en un barco que me haya de llevar de America a Europa o al revés, con parada en un suspiro del mar que ya observaron tantos, entre ellos, el que escribe con mis dedos hace cincuenta años, tantos antes de que yo naciera...