jueves, marzo 06, 2008

Las babas del diablo

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martes, abril 11, 2006

Un regalo..


para aquéllos que aún no me entendais (es decir, para todos...)
...Había empezado a leer la novela unos días antes. La abandonó por negocios urgentes, volvió a abrirla cuando regresaba en tren a la finca; se dejaba interesar lentamente por la trama, por el dibujo de los personajes. Esa tarde, después de escribir una carta a su apoderado y discutir con el mayordomo una cuestión de aparcerías, volvió al libro en la tranquilidad del estudio que miraba hacia el parque de los robles. Arrellanado en su sillón favorito, de espaldas a la puerta que lo hubiera molestado como una irritante posibilidad de intrusiones, dejó que su mano izquierda acariciara una y otra vez el terciopelo verde y se puso a leer los últimos capítulos. Su memoria retenía sin esfuerzo los nombres y las imágenes de los protagonistas; la ilusión novelesca lo ganó casi en seguida. Gozaba del placer casi perverso de irse desgajando línea a línea de lo que lo rodeaba, y sentir a la vez que su cabeza descansaba cómodamente en el terciopelo del alto respaldo, que los cigarrillos seguían al alcance de la mano, que más allá de los ventanales danzaba el aire del atardecer bajo los robles. Palabra a palabra, absorbido por la sórdida disyuntiva de los héroes, dejándose ir hacia las imágenes que se concertaban y adquirían color y movimiento, fue testigo del último encuentro en la cabaña del monte. Primero entraba la mujer, recelosa; ahora llegaba el amante, lastimada la cara por el chicotazo de una rama. Admirablemente restañaba ella la sangre con sus besos, pero él rechazaba las caricias, no había venido para repetir las ceremonias de una pasión secreta, protegida por un mundo de hojas secas y senderos furtivos. El puñal se entibiaba contra su pecho, y debajo latía la libertad agazapada. Un diálogo anhelante corría por las páginas como un arroyo de serpientes, y se sentía que todo estaba decidido desde siempre. Hasta esas caricias que enredaban el cuerpo del amante como queriendo retenerlo y disuadirlo, dibujaban abominablemente la figura de otro cuerpo que era necesario destruir. Nada había sido olvidado: coartadas, azares, posibles errores. A partir de esa hora cada instante tenía su empleo minuciosamente atribuido. El doble repaso despiadado se interrumpía apenas para que una mano acariciara una mejilla. Empezaba a anochecer. Sin mirarse ya, atados rígidamente a la tarea que los esperaba, se separaron en la puerta de la cabaña. Ella debía seguir por la senda que iba al norte. Desde la senda opuesta él se volvió un instante para verla correr con el pelo suelto. Corrió a su vez, parapetándose en los árboles y los setos, hasta distinguir en la bruma malva del crepúsculo la alameda que llevaba a la casa. Los perros no debían ladrar, y no ladraron. El mayordomo no estaría a esa hora, y no estaba. Subió los tres peldaños del porche y entró. Desde la sangre galopando en sus oídos le llegaban las palabras de la mujer: primero una sala azul, después una galería, una escalera alfombrada. En lo alto, dos puertas. Nadie en la primera habitación, nadie en la segunda. La puerta del salón, y entonces el puñal en la mano, la luz de los ventanales, el alto respaldo de un sillón de terciopelo verde, la cabeza del hombre en el sillón leyendo una novela....


..de unas de las primeras palabras que nunca nadie publicó se derivó tanta capacidad de juego con las palabras así como del dominio de los silencios y las tensiones exteriores.. es difícil de imaginar un escalofrío recorrerte pero con Julio puedes sentirlo y verlo correr si te miras en los brazos...

lunes, abril 10, 2006

De olores y sensaciones..


...de los que no podría escribir si no fuese en los tonos cálidos que me dejaron su huella escrita en el cuello, de los días de esta semana que estuve y estaré pisando aquellos cuadrados que bajo la sombra del naranjo respiran sensaciones de recuerdos infantiles, transportes en el tiempo difícil de escribir, pero que merecen un silencio en su nombre...
...de nuevo, al girar la calle, allí aparcados junto al asfalto, escurren callados la savia de sus flores, dejando caer sobre las aceras las incontables estrellas de la noche refejadas en el naranja de la noche, que entonces esconde su flor reservada al amanecer...
...describir mi tierra es describir mi infancia, sus colores, sus miradas, sus sonrisas... pero sobre todo, sus olores, y de aquél que un día me llevó sobre sus manos, el que siempre tengo conmigo es el que en primavera valeroso, acude al encuentro de las pituitarias impacientes en la búsqueda alergóloga de un motivo bello para hacerlas blasfemar horrorosamente entre ojos color fuego... el que se desprende trás aquella esquina, allí en especial, donde antesdeayer borré mi sonrisa en la noche tortuosa, seria, apagada, donde ayer la encontré, mediodía, sol inquieto, esperando venir a mí con su letargo, gracias a tí y a tí que me sonreísteis...
...verde, blanco y naranja, y un niño corriendo entre ellos, Azahar mayúsculo disfrazando mi Cor-ta-ba o mi Cor-do-zar de sentimientos ruborizados entre las sombras de sus hojas, de brotes nuevos que en la noche se apagan, de aquellos pequeños capullos mezclando blanquecinos anaranjados desechos entre los dedos... de aquéllos que los pisan sin sentirlos bajo sus pies, mi olvido se encargó de sentenciarlos... brotes que se apagan pronto pero que mientras viven, dan el color a mi querida y a mí me dibujan una luna tumbada con ángeles en mi rostro... y el tren que me aleja de todo y me lleva al sueño...

jueves, abril 06, 2006

y ya que estoy aqui...


...no me voy a quedar callado, como diría aquél, aunque en los silencios se encuentre la verdad del que mira y del que escucha...no engaño a nadie, soy apolítico, dictado obligatorio de la conciencia con el paso de los años, que las fotos que acompaño puedan llevar a error, méritos literarios exclusivamente, para mí y para el que los quiera ver, sin ánimo de tiranía en mis palabras... live and let live o como más tarde dirían live and let die, y el olvido que se lleva las palabras de aquellos que dieron su vida por las mismas, por jugar con aquello sin lo que no podríamos vivir... sigo girando las esquinas esperando encontrarte, buscando lo que tanto dudo si alguna vez encontraré pero sin lo cual no tendría más sentido el que yo estuviese aquí, o tú o aquel que ya se fue... mis hermanos, son mis hermanos, no hay más, 5 ni más ni menos, como para desear más, y mi padre uno no más, y sin duda y si me lo permiten, el mejor, que aunque seguro que no lo comparten eso se debe a que no lo han podido compartir y disfrutar, porque la palabra que lo define es dis-fru-tar, aunque se quedase allá en Córdoba, donde los pájaros vuelan abajo para intentar ocultarse del calor que les persigue en el cielo, y donde las gotas de lluvia de Julio se evaporarían antes de llegar a morir en el cristal frente a su máquinografíadora... si me lees, serás el primero quizás, no creo que nadie conozca éste mi espacio secreto que me ha de llevar a ningún otro sitio que a mí mismo, y que me sirve de refugio de mis pesadillas... si me encuentras es porque me buscaste y al fin y al cabo, así han de ser los encuentros en las esquinas, ángulos de noventa grados incorformables, indefinibles por otra cosa que no sea la sorpresa común del que gira y del girado, de la vuelta a la calle y el volver al principio de la misma... las manzanas las dejaremos para más adelante que de ellas se deduce la cuadratura de las mentes humanas, maldito el orden que les llevo a conformarlas y a hacerlas sistema de orden y movimiento social, y odiando el caos igualmente, no hemos de olvidar que aunque el corazón lata constante a un ritmo continuo incesante, sus vicisitudes son las que mueven al mundo, aquellas que convierte al humano en irracional y logra hacer de su sonrisa una lágrima y de su pena un olvido... y si te preguntase por tu camino, olvidaría que recorro el mío al preguntar, al dejar de lado los que al mio han de confluir, sabiendo del descubrimiento del vivir inmerso en un barco que me haya de llevar de America a Europa o al revés, con parada en un suspiro del mar que ya observaron tantos, entre ellos, el que escribe con mis dedos hace cincuenta años, tantos antes de que yo naciera...

martes, abril 04, 2006

quién me iba a decir a mí...

Fundamentalmente, eso, quién me iba a decir a mí, que algún día yo escribiría aquí ni más ni menos que a Julio que sin duda algunna desaprobaría algo así, al igual que desaprobaría que dejase de hacerlo si es lo que me pidió el avance del tiempo frente a la ventana con sus gotas...
Cortazar, Cor-Ta-Zar, incluye un todo en su palabra que lo simboliza en toda la magia que le rodea, desde la C a la R, sin olvidar que va del principio (A) al final (Z)... De mi Córdoba natal, Cór-Ta-Ba o Cor-Do-Zar que llevo siempre conmigo allí donde Julio y Jeff o Shannon me acompañan... Aurora, ahora es todo lo que me queda de él... allá donde estés, mi sonrisa por dibujar las suyas, que son el motivo de las primeras y vuelta al comienzo... y ahora a dar vueltas a las esquinas...